Ya han pasado 2 meses de la muerte del fiscal, Alberto Nisman, 2 meses donde son más las preguntas que las respuestas, donde la querella contradice toda la teoría de la fiscal que sigue el caso, Viviana Fein pero lo más sorprendente o no, son las actitudes del gobierno nacional a lo largo de este tiempo, para descalificar a una persona que apareció muerta y ya no puede defenderse.
La muerte de Nisman trajo más enigmas de lo que hubiésemos imaginado, un fiscal que denuncia a la Presidenta y a su gabinete y días después aparece “suicidado”, como muchos piensan.
En un primer momento se montó todo un operativo para “hacer creer” que el fiscal se había matado, aunque todos sabíamos muy bien que eso era casi imposible. Con el correr de los días, su ex mujer, Sandra Arroyo Salgado, declaró que la querella no tenía duda alguna de que Nisman había sido asesinado. La sociedad siempre creyó eso, desde el principio y por más intento del gobierno nacional, para descalificar ya no sólo la denuncia de Alberto, sino también su persona, no tardaron en llegar.
Dijeron que Nisman tenía una relación amorosa con su socio, Diego Lagomarsino, luego que vivía de joda con mujeres. Ahora me pregunto, ¿a quién carajo le importa su vida personal?, acá lo único que interesa es que lo mataron o apareció muerto, luego de una denuncia tan importante como denunciar a la mismísima Cristina Kirchner.
No podemos olvidar las actitudes de la Jefa de Estado en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, un verdadero papelón del cual, en realidad, ya estamos acostumbrados. No les bastó que hicieran callar al fiscal que la ensuciaba a ella y su gobierno y no podía dejar pasar la oportunidad de cuestionar a Nisman, su investigación y su vida personal.
Las últimas declaraciones de Aníbal Fernández lo terminan de confirmar todo, ¿se puede ser tan hijo de puta de criticar a un muerto que no puede defenderse? Si, por supuesto. ¿Se puede ser tan cínico con un fiscal de la Nación asesinado (si seguimos la teoría de la querella)? Sin duda alguna que sí. Todas y cada una de las actitudes del kirchnerismo, fueron descalificar, ensuciar, pisotear y poner en tela de juicio, cada accionar del fiscal. Claro está que si en algo se caracterizan, es en no tener escrúpulos y no importarles quien muera (opositor a ellos).
Los meses pasan y la muerte del fiscal, Alberto Nisman, conlleva a más dudas que certezas. El caso recién comienza, aunque muchos tratarán de cerrarlo lo antes posible.
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