La Argentina hoy atraviesa dos grandes problemáticas que van en aumento: la violencia social y la delincuencia. Vemos como diariamente nos enfrentamos a situaciones de violencia entre diferentes ciudadanos, ya sea, en un colectivo, en el tren, en la calle, en cualquier institución pública, en una casa, en definitiva, en todos los ámbitos en los que nos movilizamos. La sociedad está cansada de soportar estas situaciones que muchas veces terminan en lamentos, una sociedad azotada por la desidia, por la falta de protección, por la incertidumbre, por el miedo a salir a las calles. Podríamos relacionarlo perfectamente a la inseguridad, ya que hoy nos matan por un celular o un par de zapatillas. Observamos claramente el cansancio de los ciudadanos, mezclado con la delincuencia y la inoperancia de la dirigencia política para resolver este flagelo. Piden a gritos que se los escuche, piden a gritos que actúen rápidamente, piden a gritos seguridad para sus vidas. En los últimos meses