Cuando la derrota es inminente, el factor sorpresa desaparece por completo. Eso sucedió el 22 de noviembre cuando Daniel Scioli, el candidato oficialista, salía a reconocer a Mauricio Macri como el nuevo presidente electo de todos los argentinos para los próximos 4 años. El Frente para la Victoria fue el último en enterarse de que perdería las elecciones, mientras las muestras de fanatismo y los egocentrismos se iban incrementando, el adiós no era esperado por ellos, pero sí para muchos otros que pedían el fin del kirchnerismo a gritos. Desde el minuto uno de haberse enterado que su candidato no continuaría ‘su gestión’, la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se volvió la principal opositora al futuro gobierno de Macri, que aún no asumió. Cristina no es buena para las despedidas, nunca lo fue, menos ahora que será la primera vez que le dice ‘adiós’ al poder o quizás, un ‘hasta luego’. Su destino es incierto y entre tantas contradicciones y nostalgia