Estamos a tan sólo horas del llamado 18F, pero ¿qué significa realmente? ¿Qué reclama la sociedad? ¿Es sólo la sociedad quien reclama? ¿Es golpista, destituyente o una idea alocada?
El 18F no será solo una manifestación, no será solo un hito en la historia de una Nación, será mucho más que todo ello. Será un acontecimiento mundial, será un acto que traspasará las barreras de cualquier prejuicio, cualquier miedo y cualquier descalificativo que le quiera adjudicar el gobierno nacional.
La Presidenta en una de sus tantas cadenas nacionales expresó: "A ellos les dejamos el silencio” y luego agregó: "El odio se lo dejamos a ellos. El amor es nuestro”.
Me gustaría hacerle unas cuantas preguntas señora Presidenta: ¿cómo puede quedarse con el amor cuando realmente jamás amo a nadie más que a usted misma? ¿Cómo pretende admirar, alguna vez, el silencio cuando su espíritu está perturbado? Y por último ¿cómo puede hablar del verdadero silencio si usted el único que conoció fue el silencio de la complicidad y no el del dolor?
No se puede entender a un ser que jamás sintió compasión por la muerte de nadie y cuando sus únicos silencios fueron: la tragedia de Cromañón, las tragedias de Once y Castelar, las inundaciones en La Plata, los niños desnutridos que mueren día a día en su país. Ese es su silencio, el silencio de la perversidad, el silencio del desamor, el silencio del odio, el silencio del olvido y de la desprotección constante. El silencio de la incapacidad.
Esa es nuestra Presidenta, una persona incapaz de demostrar que alguien le importe. Pero aún nos queda la sociedad. Una sociedad que se levanta frente a la muerte de un fiscal de la Nación que la denunció, una muerte irreparable para la búsqueda de la verdad.
Una muerte que jamás se olvidará, como tantas otras. Una muerte que marcó un antes y un después.
18F es mucho más que un pueblo movilizándose, es mucho más que muchos fiscales recordando la muerte de un colega, es mucho más que políticos haciendo política, es mucho más de todo lo que pueda imaginarse.
Es la historia de un país haciéndose eco en el mundo a través de los ojos de todos y cada uno de los que vayan a la marcha, es el sentimiento de desprotección, es la falta de democracia, es la tempestad, es la desorientación de saber cómo se sigue construyendo a través del dolor, es el dolor de los que han perdido familiares, de los que les han arrancado las esperanzas, es el dolor de un duelo eterno que parece no tener fin, es el cansancio de luchar cada día y sentir que no hemos logrado nada.
Esta no es la muerte de Alberto Nisman, esta es la muerte de muchos más que han dado sus vidas por un país mejor, este dolor es el poder del silencio. Ese silencio que es tortura para tantos, ese silencio que se plasma en el corazón de cada argentino y ese silencio es poder, algo que la Presidenta jamás podrá comprender porque su único sentimiento es el odio.
Quien odia y siente rencor, jamás podrá conocer el poder del silencio.
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