Muchos se han cansado de hablar sobre la corrupción de los últimos años pero ha llegado el momento en que la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, deberá presentarse ante el juez Claudio Bonadio por la causa de la venta de dólar a futuro, además de estar imputada por el fiscal federal Guillermo Marijuan, en el expediente denominado la Ruta del Dinero K, donde se la acusa de presunto lavado de dinero.
Cristina volvió a la Capital Federal para presentarse frente a un juez, no volvió ni por su partido, ni por sus militantes, ni para decorar discursos. Volvió para dar explicaciones a la justicia.
Aún quedan viejos recuerdos de lo que solió ser una política de mucha popularidad, pero ya nada es igual para ella.
En su regreso pudo verse a un grupo de militantes y el núcleo más duro del kirchnerismo, que la recibió con esperanzas de que algún día regrese, ya no a Tribunales, sino a la política. Un sueño imposible a esta altura.
Si bien su llegada podría interpretarse como un hecho meramente político, ya que estuvo meses recluía en el sur, en ‘su lugar en el mundo’, todo se ha modificado. Las causas que se están llevando en su contra son muy pesadas, sobre todo, la que impulsa la diputada del GEN, Margarita Stolbizer, donde se la acusa de lavado de dinero a través de sus hoteles, que se encontraron siempre con sus habitaciones vacías.
La ‘jefa’ que volvió no es más la que se fue aquel 10 de diciembre, ha perdido todo el poder, se ha reducido su círculo de confianza y de apoyo, el peronismo que la acompañó alguna vez ya se encuentra buscando nuevos líderes y despegándose completamente del kirchnerismo. Muchos sufren de amnesia.
Nunca nada permanece en el tiempo de la misma manera, nunca un líder regresa de la misma manera, menos aún cuando las causas de corrupción tapan todos los demás hechos.
Se sabe que la corrupción mata porque donde hay un Estado ausente y el dinero ‘desaparece’, las consecuencias pueden llegar a ser trágicas. Así lo fue durante mucho tiempo en el país, muchas vidas han quedado en el camino, mucho dinero jamás regresó.
No fue magia, Cristina volvió a bailar, desde su balcón frente a un grupo de militantes al compás de cantitos, ahora ella deberá bailar al compás de Tribunales.
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