La semana pasada hemos vivido muchas situaciones en el país, pero sobre todo, la más importante, fue los inundados en la provincia de Buenos Aires. Si bien llovió durante varios días seguidos, las obras hidráulicas que se vienen exigiendo durante 27 años de peronismo, sí leyó bien, 27 años donde gobiernan los mismos, bueno, aún no se han realizado para evitar los miles y miles de evacuados, donde además, muchos, perdieron absolutamente todo.
Mientras la propia provincia se solidarizaba con los damnificados, por otro lado, lo podíamos observar a Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires desde el 2007, yendo a ver un partido de fútbol donde jugaba su equipo. El señor declaró que sólo había ido a saludar unos minutos pero ¿qué hacía vestido para entrar a jugar? Ay ay, Daniel, que mal sabés mentir.
Parece que la "Ola Naranja" había llegado, eso sí, plata para la campaña presidencial le sobraba.
En las fotos lo podíamos ver sonriente, gritando y festejando los goles, ¿demasiado tranquilo y relajado mientras su provincia se inundaba, no?
Por otro lado teníamos al "iluminado" Sergio Massa, ex intendente de Tigre, otro de los lugares más afectados por la tormenta, criticando a Scioli para ver cuál ganaba el puesto al más inoperante e ineficiente, creo que ambos se llevaron el premio.
Mientras la situación empeoraba minuto a minuto, los señores paseaban por los medios de comunicación para hacer campaña política sobre los inundados, ¿campaña política para demostrar que no hay que votarlos? ¿campaña para que se les siga cayendo la cara?
En fin, 2 realidades que se conjugaban y hacían de esta tragedia (porque murieron varias personas), un circo político, una escena patética que es mejor guardarla en un cajón de la mesita de luz y volver a abrirla para las próximas elecciones.
Resulta interesante analizar este tipo de "política inundada" como dice el título, ya que los mismos políticos no necesitan del agua para inundar sus acciones, sus palabras y mucho menos sus candidaturas, aunque ambos se mantienen primeros en las encuentras, la realidad demuestra todo lo que no se ha hecho en estos años. Depende de nosotros recordarlo y seguir durmiendo una larga siesta.
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