Los cambios nunca llegan rápido, aunque sean anhelados siempre se hacen esperar y la mejora económica que tanto ansía el Gobierno como la sociedad no llegará justamente en el esperado ‘segundo semestre’.
Los primeros meses de Cambiemos sufrieron varias turbulencias, por pesadas herencias que dejó el kirchnerismo pero también por errores propios.
La corrupción es uno de los temas centrales a la hora de la preocupación de muchos o casi todos, mientras el núcleo duro de la ex presidenta, Cristina Fernández, se mantiene aún con vida, la huía del Frente para la Victoria parece inevitable.
El desfile de kirchneristas por Tribunales deja la postal de un gobierno que debe muchas explicaciones. Bolsos revoleados por el aire, conventos, monjas, millones de dólares y como si eso fuera poco, la victimización de Cristina, la cual se empeña en negar algún acto de mínima corrupción que haya provenido de su accionar. Ninguna película que no hayamos visto antes.
Pero la sociedad no sólo espera que se haga justicia alguna vez en la Argentina sino que está sufriendo las medidas económicas de shock realizadas por el gobierno actual. Los amparos para evitar elevadísimas boletas de servicios, donde la mayoría no puede pagar, aumentos de toda índole y la incertidumbre que hasta el propio Gobierno padece, muestran la conmoción que se vive día a día.
El segundo semestre implicará para Macri el fin de la tolerancia para muchos y la mayor presión que haya ejercido la sociedad hasta el momento. Los tiempos corren por estos meses y las soluciones son demandadas de forma urgente.
Si bien estas consecuencias forman parte del pago de la fiesta del kirchnerismo, donde muchos fueron excluidos, hoy la pagan las clases medias y bajas.
No hubo ni habrá magia, no habrá milagros en el segundo semestre pero sí el oficialismo deberá cumplir con parte de su promesa.
Macri deberá esperar las tan necesitadas inversiones y el dinero del blanqueo para poder reactivar la economía y pagarle a los jubilados lo que tanto se les negó durante mucho tiempo.
La reducción de la inflación será un factor fundamental para lograr aumentar el consumo.
Por otro lado, los casos de corrupción y la interna del PJ estarán en el centro del escenario. Cristina ya perdió el papel protagónico y ahora deberá posicionarse frente a otro panorama completamente distinto al que dejó siendo presidenta.
El segundo semestre viene cargado de demandas, de incertidumbre y de una sociedad a la espera de soluciones.
Bienvenido segundo semestre, no habrá magia.
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