El kirchnerismo se encargó de negar todo lo que fue hasta que los bolsos del ex secretario de Obras Públicas, José López, hablaron por sí solos.
El relato llegó a su fin por la obscenidad de la situación.
Algunos prefirieron callar, otros tratar a López de ‘infiltrado’, como la señora Hebe de Bonafini, que también deberá dar explicaciones a la Justicia por Sueños Compartidos.
Otros tuvieron tan sólo un poco de amor propio y se empezaron a desvincular del Frente para la Victoria, como el ex Gobernador de Tucumán, José Alperovich, quien dijo que ‘nunca fue kirchnerista’. Y sí, la dignidad es para pocos.
Del otro lado del tapial tenemos a los kirchneristas asombrados, decepcionados por tal hecho de corrupción, como si no se hubiesen enterado que ya son cuatro (Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi, Milagro Sala, Lázaro Báez) los que están detenidos y formaron parte del gobierno ‘nac&pop’, como si tan sólo hubiese un sólo caso de corrupción en su ex gobierno, como si nunca supieron a dónde querían llegar pero la realidad les dio el llamado ‘baño de humildad’ a algunos y a otros el ‘baño de soberbia’, como a la señora ex Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, la cual escribió una carta en la red social Facebook, azorada, asombrada por los millones de su ex secretario de Obras Públicas. Expresó: “yo no fui quien le dio el dinero”, como si nunca hubiese gobernado a su lado durante casi 30 años, por ejemplo cuando su marido, Néstor Kirchner, gobernaba la actual devastada provincia de Santa Cruz.
Los artistas K alterados buscando soluciones mágicas, explicaciones de qué fue lo que sucedió, parece que aún no les llegó la información de todas las causas abiertas de un gobierno que apoyaron 12 años ciega y fanáticamente.
La corrupción mató y mata pero algunos aún no se enteraron porque creyeron, por convicción o interés, en un modelo de país que lo saqueó plenamente, un modelo de país donde se escondían a los pobres mientras se los multiplicaban, un país donde aumentó la inflación y el narcotráfico, un país donde los muertos votaban y cobraban en el PAMI, un país donde murió un fiscal federal de un tiro en su baño cuando iba a denunciar a la presidenta al día siguiente, un país donde hay centenares de prófugos, un país donde se mintió descaradamente y fueron contra los periodistas. Un país donde quisieron comprar a los jueces y lo lograron con muchos de ellos.
Pero de todo eso no puede hablarse: o se recorta la realidad o el relato no puede sostenerse.
Ahora todos gritan al compás de ‘basta de corrupción’, cuando se robaron un PBI y entregaron un país con las cuentas en rojo.
El asombro es lo que se pierde justamente cuando ves a corruptos defender corruptos, el asombro se pierde cuando encontrás la hipocresía de un modelo que jamás existió como se dijo o como muchos creyeron.
La capacidad de asombro la perdieron muchos con el kirchnerismo porque ya nadie les cree nada.
Lo que se descubrió fue el último eslabón para que el Frente para la Victoria quede marcado en la historia como el gobierno más corrupto del país.
Al menos serán recordados por algo, ¿no?
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