La complejidad de la crisis política, social y económica en la que estamos inmersos, no impide el constante cambio de información y la agenda de todos los días.
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A los pocos días volvieron a quedar expuestos los violentos en el fútbol con la connivencia política y policial, que una vez más, hacen como si no hubiese pasado nada. ¿Cómo poder resolver un grave problema institucional como son los barras, si tenemos a un Secretario de Seguridad, que ni siquiera observó una sola bengala en el estadio de Boca? Entró hasta un dron pero, como todo sabemos, la patria nunca es el otro, entonces ¿de qué preocuparnos?
Luego, y como frutilla del postre, comenzó la novela entre Scioli y Randazzo, donde tenemos que sentarnos a observar quién es más ineficiente o quién es el que habla de cuestiones personales para no hablar de lo que se tiene que hablar. La mujer de Scioli sentada en un programa de televisión llorando por lo que decían de su marido ¿le creyeron? todo es parte del teleteatro plasmado en cada programa de televisión, como una puesta en escena para ver quién se lleva el papel protagónico y quién el de reparto. Y bueno, la política argentina es así, no por nada tenemos a los mejores actores.
Siempre te sorprenden con alguna declaración para estar al servicio de los medios y tirar algún título que tenga impacto y se hable de ellos algunos días, sino, ¿por qué los puede recordar la gente?
Lo llamativo es la falta de papel que está teniendo Massa, ya lo proclamaban como el líder de la oposición por aquel 2013 - habiendo pertenecido al gobierno durante muchos años – pero como en este país un día sos opositor y al otro día oficialista o viceversa, estamos dentro de los parámetros normales.
Macri, por su parte, se mostró agrio para formar cualquier tipo de alianza con Massa, y éste ya no sabe qué inventar para que alguien le tienda la mano en su caída libre.
No comprendió que el poder no se comparte, qué raro que justamente él no lo sepa ya que viene de la rama peronista y de la UCedé. Bueno, no lo culpen, en algún partido tenía que ir a parar por aquel entonces.
Nadie es inocente aunque pretenda serlo, la carrera presidencial ya está en marcha y estamos a tan sólo un mes del cierre de alianzas y listas. No queda tiempo para caprichos pero sí para pasarse facturas.
Scioli, aunque parezca mentira, es el mejor posicionado hasta el momento. Estos son los fenómenos que admiro analizar: una provincia devastada, rutas con pozos, niveles de educación y salud pública en decadencia, narcotráfico e inseguridad, pero va primero ¿quién nos entiende?
No la veo preocupada a la Comandante por saber quién será el próximo presidente, por supuesto que no porque ya tiene su estrategia perfectamente armada. Apoya a Randazzo porque perderá y sabe muy bien, que en un posible ballotage es probable que gane Macri, y eso le permitiría asegurar su regreso ya que le deja una bombita de tiempo como legado de su gobierno. Y el pobre Massa ya está fuera de carrera.
Ahora sí, no me gustaría estar en los zapatos de Scioli porque la abogada exitosa le hará la vida imposible si llega a asumir. Con una jefa a la cabeza, siempre vas a ser su vasallo, no pretendas más.
Las vanidades van detrás de los candidatos, pero el sillón de Rivadavia será para uno solo.
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