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Linchamientos: ¿Estado ausente o Estado cómplice?

En las últimas semanas vinimos observando complejos episodios llamados “linchamientos”, en los cuales un grupo de vecinos se manifestaba agresivamente hacia delincuentes en pleno acto de robo. En uno de los casos se produjo la muerte de un chico que estaba cometiendo un delito sin tener antecedentes.

Luego de lo ocurrido, pudimos percibir varios casos más que se fueron propagando a lo largo y ancho de la Argentina. 

Aquí es donde debemos concentrar nuestras habilidades para analizar correctamente esos hechos y no caer en prejuicios o falsos razonamientos que dejan gran parte del problema a la deriva y sin tratarse. 

Intentaré ahondar en el tema con responsabilidad pero también con conciencia de un flagelo que no sólo queda en tratar la violencia social.

Primeramente debemos plantearnos: por qué tanta intolerancia, cómo es que se llegó a hacer justicia por mano propia (muchos cuestionan esta terminología), por qué matar a un delincuente que ya se encuentra tirado en el piso sin posibilidad de escapar, por qué tanta intolerancia por parte de los argentinos. 

Estos interrogantes son sólo una parte de lo que nos conduce a pensar en la falta de un estado pero también en su complicidad con la delincuencia. En los últimos 30 años la Argentina ha cambiado mucho su estructura, no sólo social sino además penitenciaria. 

Hace tiempo que venimos con aumentos de robos, de asesinatos a sangre fría, violaciones y mucha ausencia por parte del gobierno. 

No debemos olvidar que otras de las fuerzas que actúan en estas falencias involucra sin duda alguna a los jueces que son los encargados de darle vía libre a los delincuentes que matan descaradamente y en un par de horas se encuentran en la calle para volver a cometer los mismos delitos. 

Tampoco debemos olvidar la complicidad de la fuerza policial que muchas veces deja las llamadas “zonas liberadas” y ciertos barrios de las distintas ciudades del país se transforman en “tierra de nadie”. 

Creo que hemos tocado fondo, creo que merecemos no sólo la reflexión de los hechos sino también la urgencia en revolver el problema de la inseguridad en este país. 


La sociedad argentina no es lo que era y llevará mucho tiempo poder cambiarla ya que si no se modifican las medidas en cuanto al cumplimiento de las penas, a la toma de conciencia de que si una persona mata debe ser detenida y condenada, no podremos salir jamás de esta violenta que se convirtió en un círculo vicioso. 

Hoy en día te dicen “dejate robar porque te matan” y lamentablemente ya dejó de ser así, hoy te matan directamente, hemos perdido hasta el derecho a la vida, el mayor de todos los derechos. 

Estamos frente a una Argentina violentada, una sociedad harta de que la justicia no se cumpla, de que los delincuentes se burlen de las leyes y de la complicidad de toda la cúpula que debería ser la que garantice la seguridad y la vida de todos. 

Repudio completamente los linchamientos hacia los delincuentes pero no voy a dejar de analizar la actuación de la sociedad que cansada de no ser escuchada, va de manera salvaje hacia quien cometió un delito sin medir las consecuencias. Nada está bien, ni los linchamientos pero tampoco que no haya justicia, que tengamos un Estado ausente y además cómplice. Hoy la vida de nadie vale nada y esa es una triste realidad de la cual los dirigentes deber hacerse cargo. 

La supuesta “inclusión social” que viene planteando el gobierno nacional no sirvió para nada y no seguirá sirviendo hasta que realmente la palabra justicia deje de ser una simple palabra para transformarse en un hecho en este país y los que comenten delitos dejen de quedar impunes. 

Si esperan una respuesta pacífica de la sociedad, lo lamento, pero sólo la tendrán cuando se vea que realmente la misma se siente protegida, en caso contrario, por más repudio que se haga las medidas violentas continuarán igual. 

Acá lo que importa no es lo que “debería ser” para analizar la compleja realidad en la que vivimos, sino plantearse lo que está pasando y dejar de lado los discursos políticos para el año 2015. Se necesita trabajar duro aquí y ahora, no para campañas políticas. 

La sociedad se le fue de las manos al gobierno y si no se toman medidas las cosas empeorarán.

Se puede ser hipócrita en la vida pero ser necio ya es mucho más grave. 

Me quedaría con el mensaje violento, repudiable o como lo quieran llamar, de los linchamientos que les transmiten los argentinos para que dejen de perder el tiempo. 

Cuando un ser humano se siente desprotegido y privado de su libertad para vivir sin temores, por más estado que exista, se volverá al estado de naturaleza sin duda y ha quedado en evidencia una vez más. 

Todos cuestionan los linchamientos pero nadie se pregunta por qué se llegó a eso, qué es lo no está funcionando, nadie nace violento, nadie nace delincuente pero también se perdieron muchos años negando los problemas y la realidad en la que íbamos viviendo. Esto señores, es producto de muchas ausencias, de muchos corruptos que asumen en el poder para vaciar al país, esto, es la desidia de políticas públicas que no lograron reinsertar al delincuente nuevamente a la sociedad de la cual también forman parte, esto señores, es la realidad Argentina actual de la cual todos deberemos hacernos cargos y no mirar hacia otro lado.

Comentarios

  1. Muy razonable tu aporte y sin duda cierto en varios aspectos; pero creo que hay que agregar que NUNCA el Estado se preocupa por el origen del delito. EN Argentina el tratamiento del tema es sintomático.

    Saludos.

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  2. Muy buen análisis y muy objetivo .creo que existen tres elementos a tener en cuenta en esta realidad actual. El crecimiento económico, algo que el estado inconscientemente o no sigue sosteniendo con la "teoría del derrame", algo que había planteado Cavallo en los '90. Hay que dejar que los ricos sean mas ricos para que luego por exceso y decantación esa riqueza caerá al los otros estratos sociales (Caso López, Báez, Boudou,etc.). El desmantelamiento de la justicia como instrumento de permitir una impunidad "histórica" no solo para los funcionarios públicos sino también para los amigos del poder. La constante creaciones de "planes sociales" que solo aumenta el letargo de los que menos tienen para acceder a una mejor calidad de vida. Todo hace un caldo de cultivo de "resentimientos encontrados", del que no tiene hacia el que si, del que respeta las leyes hacia el que no, de los gobernados hacia sus gobernantes. Como es costumbre en nuestro país los reclamos mas violentos son los mas escuchados (un piquete, un escrache, hasta el voto es "castigo") por eso ahora se suma "el linchamiento", al gobierno no le interesa el bienestar del linchado o el linchante, porque los dos son su creación. lo único que le interesa es que esa metodología se transforme en un espiral que llegue hasta sus puertas. Mientras nadie se le ocurra pararse en Balcarce 50. en cierta forma será tolerable, y hasta beneficioso.Un gobierno que siembra violencia es imposible que se sorprenda de ella.

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